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Imagen: Pixabay.com |
Cherry picking o
falacia de la evidencia incompleta, es una forma de engañar sin decir mentiras,
sólo hace falta omitir (voluntaria o involuntariamente) alguna información
relevante.
Por ejemplo, si yo les digo que cierto personaje histórico
de origen alemán, integrante de una familia humilde, fue un joven carismático,
aficionado a las artes, a la música clásica y que contaba con ciertos dotes
para la pintura, que fue un arduo trabajador, que desempeñó labores de limpieza
y albañilería y que llegó a ser un importante político y presidente de su país,
pocos imaginarían que estoy refiriéndome a Adolf Hitler.
Esto es posible porque omití revelar información importante
que nos ayudaría mucho a entender lo peligroso que resultó este hombre para la
humanidad. Como la inmensa mayoría sabe, este señor del que hablo fue el
responsable de la muerte de miles de judíos y de fomentar el odio racial no
sólo en Alemania sino a nivel mundial.
Con ese mismo artilugio, el
cherry picking, se
formulan los programas parciales y las directrices generales de desarrollo
urbano en Baja California. La existencia de alguno de estos documentos es
obligatoria para que el Ayuntamiento autorice cualquier acción de conservación,
mejoramiento y crecimiento de los centro de población. En ellos se tiene que
expresar los argumentos que justifiquen las acciones de urbanización que se
pretendan llevar a cabo y tienen que demostrar que se apoyan y están en
completa armonía con la legislación y con los planes y programas de desarrollo
urbano.
Para muestra un botón: las
Directrices Generales deDesarrollo Urbano del Corredor Regional Carretera a San Felipe,
documento en el que se basa la construcción de la planta cervecera de
Constellation Brands. Estas Directrices contienen
únicamente las normas y los planes de desarrollo más convenientes omitiendo las
que no le son favorables. Es decir, no expresan la información que puede
exhibir a su proyecto como nocivo para la ciudad. Por razones de espacio, cito tan
sólo un par de ejemplos.
Primero. Las
acciones de urbanización no deben basarse en directrices generales, sino en un
programa parcial de desarrollo urbano. Así lo estipula la ley, pues las
directrices se elaboran únicamente cuando no existan programas de desarrollo
urbano o lineamientos aplicables al área. La Constellation Brands se
ubicará en el Ejido Choropo, sitio que está plenamente regulado en el Programa
de Desarrollo Urbano del Centro de Población 2025 y que contempla un uso de
suelo agrícola. La diferencia es la profundidad con la que se hace el estudio
del futuro desarrollo y la congruencia que guarda con los planes de desarrollo
actuales. Las directrices son más superficiales y no necesariamente propone un proyecto
que guarde congruencia con la planeación existente. El Ayuntamiento no está
facultado para hacer algún cambio de uso de suelo basado en dichos documentos y
debe hacerlo en un Plan Parcial de Desarrollo Urbano.
Segundo. Las
directrices omiten la referencia a todo ordenamiento y planeación ambiental,
pese a que por ley y por criterio de la corte cualquier instrumento de
planeación urbana debe guardar con aquella perfecta armonía. No hay una sola
mención a la Ley General de Equilibrio Ecológico, ni a la de Protección al
Ambiente del Estado o, lo que es más grave, no se fundamenta la congruencia que
el proyecto tiene respecto a los planes de ordenamiento ecológico de ningún
nivel.
¿Por qué sucede esto? Pasa porque tales documentos están a
cargo de las consultorías privadas que paga la empresa interesada en determinado
desarrollo. Para el caso de Constellation Brand, la transnacional contrató a las
consultorías privadas “Montes” y “City Plan” para que elaboraran de las
Directrices Generales que el Ayuntamiento y el Gobierno del Estado aprobaron y
que son la base para autorizar el cambio de uso de suelo. Así, a modo, se han
elaborado la inmensa mayoría de los instrumentos de planeación de la entidad.
Esto es ya una muy mala costumbre.