"En 1954 guionistas y directores de la famosa lista negra (los llamados Diez de Hollywood), realizaron una maravillosa película titulada La sal de la tierra. Basada en acontecimientos reales sucedidos en 1951, mostraba la lucha de los trabajadores mexicano-americanos duramente explotados en una mina de zinc en Nuevo México y de sus familias.
Los trabajadores mexicanos reivindicaban igualdad con los blancos, condiciones de trabajo mas seguras y ser tratados con dignidad (un tema recurrente en muchas luchas anticapitalistas). Las mujeres se sentían irritadas por la poca atención dedicada por el sindicato, formado casi exclusivamente por varones, a cuestiones «domesticas» como el alcantarillado y el agua corriente en sus viviendas.
Cuando los trabajadores se pusieron en huelga por sus reivindicaciones, al tener prohibida la formación de piquetes por una de las disposiciones de la ley Taft-Hartley, fueron las mujeres (pese a la oposición de los varones) las que se encargaron de formarlos, mientras los hombres tenían que cuidar de los niños y aprendían así incómodamente lo importante que es el agua corriente y la evacuación de residuos para una vida cotidiana razonable en el hogar. La igualdad de género y la conciencia feminista surgían así como armas cruciales en la lucha de clases.
Cuando llegan los sheriffs para desalojar a los huelguistas y sus familias, el apoyo popular de otras familias (claramente basado en solidaridades culturales) no solo les proporciona alimentos, sino que también les permite seguir ocupando sus viviendas, propiedad de la empresa, a la que no le queda al final mas remedio que ceder.
El enorme poder de la unidad entre género, etnia, trabajo y vida no es fácil de construir, y la película muestra que las tensiones entre hombres y mujeres, entre trabajadores anglófonos y mexicanos y entre perspectivas basadas en el trabajo y en la vida cotidiana son tan significativas como las que se dan entre trabajo y capital. Sólo cuando se construye la unidad y paridad entre todas las fuerzas del trabajo, dice la película, se podrá vencer.
El peligro que representaba este mensaje para el capital se refleja en el hecho de que fue la única película sistemáticamente proscrita por razones políticas en los cines comerciales estadounidenses durante muchos años. La mayoría de los actores no eran profesionales -muchos de ellos pertenecían al sindicato de mineros-; pero la mas brillante actriz profesional, Rosaura Revueltas, fue deportada a México". David Harvey en Ciudades Rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana.
Cuando los trabajadores se pusieron en huelga por sus reivindicaciones, al tener prohibida la formación de piquetes por una de las disposiciones de la ley Taft-Hartley, fueron las mujeres (pese a la oposición de los varones) las que se encargaron de formarlos, mientras los hombres tenían que cuidar de los niños y aprendían así incómodamente lo importante que es el agua corriente y la evacuación de residuos para una vida cotidiana razonable en el hogar. La igualdad de género y la conciencia feminista surgían así como armas cruciales en la lucha de clases.
Cuando llegan los sheriffs para desalojar a los huelguistas y sus familias, el apoyo popular de otras familias (claramente basado en solidaridades culturales) no solo les proporciona alimentos, sino que también les permite seguir ocupando sus viviendas, propiedad de la empresa, a la que no le queda al final mas remedio que ceder.
El enorme poder de la unidad entre género, etnia, trabajo y vida no es fácil de construir, y la película muestra que las tensiones entre hombres y mujeres, entre trabajadores anglófonos y mexicanos y entre perspectivas basadas en el trabajo y en la vida cotidiana son tan significativas como las que se dan entre trabajo y capital. Sólo cuando se construye la unidad y paridad entre todas las fuerzas del trabajo, dice la película, se podrá vencer.
El peligro que representaba este mensaje para el capital se refleja en el hecho de que fue la única película sistemáticamente proscrita por razones políticas en los cines comerciales estadounidenses durante muchos años. La mayoría de los actores no eran profesionales -muchos de ellos pertenecían al sindicato de mineros-; pero la mas brillante actriz profesional, Rosaura Revueltas, fue deportada a México". David Harvey en Ciudades Rebeldes. Del derecho a la ciudad a la revolución urbana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario