Alguna vez escuché una frase palabras más palabras menos así: "Para montar a un caballo siempre se le acaricia el lomo.
E.M. Cioran construye un aforismo donde desarrollo esta misma idea con la que yo estoy plenamente de acuerdo:
"Imposible defendernos de un adulador. No podemos darle la razón sin hacer el ridículo; tampoco increparle y enviarle de paseo. No tenemos más remedio que comportarnos con él como si diera la verdad, dejarnos incensar a falta de saber como reaccionar. El cree que consigue engañarnos, que nos domina y saborea su triunfo sin que podamos desengañarle. Con frecuencia se trata de un futuro enemigo que se vengará un día de haberse rebajado ante nosotros, un agresor disfrazado que planea sus golpes mientras pronuncia sus hipérboles".
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