Por Flor Elena Mora Corrales
Norberto Bobbio reafirma la vigencia de las categorías izquierda y derecha y sugiere que la distinción entre una y otra ideología depende del tratamiento que se haga alrededor de el concepto de igualdad.
Bobbio fue un jurista, filósofo y politólogo nacido en Italia en 1909. Le tocó vivir acontecimientos históricos muy importantes que dejaron una profunda huella en su pensamiento, como la segunda guerra mundial y evidentemente el régimen fascista de Mussolini.
Antes del ascenso del actual presidente de Italia, Silvio Berlusconi, Norberto Bobbio sostuvo que era un deber moral impedir que éste ganara las elecciones.
A pocos días que se llevara a cabo el “jubileo 2000” también acusó al Papa Juan Pablo II, Karol Wojtyla, de ser un “perfecto papa de la contrarreforma” criticando la elección del Tomás Moro como el santo de los políticos.
Bobbio muere en el año 2004 contando con 94 años de edad. Sin duda alguna fue un gran influyente en la ciencia política y en el derecho.
Teniendo muchas obras en su haber, por ahora nos concentraremos en su libro llamado “izquierda y derecha”, en la que además de definir el punto toral de distinción entre una y otra ideología, defiende apasionadamente la vigencia de estas categorías opuestas entre si.
Para Bobbio, la dicotomía no es izquierda y derecha sino izquierdas y derechas pues al interior de cada una hay graduaciones importantes.
Las izquierdas y las derechas no sólo son ideologías, antitéticas, sino programas contrapuestos para la solución de conflictos, es decir acción política contrastante. Izquierda y derecha son intereses y valoraciones distintos que le darán rumbo a la sociedad.
Pero, ¿cómo distinguimos la pertenencia a una u otra categoría?
Bobbio dice que es posible si analizamos el tratamiento que se hace sobre el ideal de “la igualdad”.
El concepto de igualdad no es absoluto sino relativo. Para analizarlo eficazmente debemos responder a las preguntas: igualdad entre quien, en qué y basándose en qué criterio?
Tomando en cuenta estas tres variables nos damos cuenta que la igualdad puede entenderse de muchas maneras.
Para las decisiones de políticas igualitarias deben aplicar entonces varios criterios como necesidad, mérito, capacidad, clase, esfuerzo, entre otros.
Sin embargo hay quienes no distinguen estas variables y le dan al ideal de igualdad un valor absoluto, sin matices. A esta tendencia Bobbio la denomina igualitarismo.
Un ejemplo claro de igualitarismo está en los argumentos del ministro de la Suprema Corte De Justicia, Mariano Azuela cuando con motivo del pronunciamiento que debía hacer respecto de la LEY TELEVISA sostuvo que la legislación no debía otorgarles mayores facilidades a las comunidades indígenas para la obtención de concesiones de radio o televisión pues tanto esas comunidades como los empresarios se encontraban en libertad para obtenerlas y si en los hechos unos no las obtenían era porque no tenían el suficiente poder adquisitivo para comprarlas. El Estado pues, no debía convertirse en proteccionista.
Mariano azuela propugnaba de esta forma que debían pronunciarse a favor de la igualdad de derechos para todos.
Tanto izquierdas como derechas reconocen que los hombres son tan iguales como diferentes pero es la actitud que se toma ante esos hechos la que debe observarse para distinguir quienes son de izquierdas y quienes de derechas.
La izquierda, según el análisis de Bobbio tiene tendencias igualitarias porque tiende a atenuar las diferencias mientras que la derecha promueve políticas no igualitarias porque pone especial acento en promover las diferencias.
Esto se debe a la distinta percepción y valoración que ambas tienen de aquello que hace a los humanos iguales y a la vez diferentes.
Es decir, ¿Qué puede justificar una discriminación? ¿Qué criterios nos deben guiar para salvaguardar nuestras diferencias o nuestras similitudes? En la respuesta que se de a estos cuestionamientos se apoya la diferencia.
Hay dos estatus de desigualdad: la desigualdad natural que a veces es posible corregir pero en su mayoría es imposible eliminar; y por otra parte las desigualdades sociales que se pueden corregir, eliminar y en algunos casos únicamente es posible no fomentar.
La izquierda sostiene o debería sostener que la diferencia surgida por las desigualdades naturales o las sociales que depende de nacer en una familia o en otra o bien en una región o en otra es distinta a las desigualdades que dependen de nuestras capacidades, de los fines a conseguir, de la diferencia del esfuerzo empleado, entre otros. La diferencia del estatus no debería tener una influencia sobre el tratamiento de las unas y las otras.
Por ejemplo, el establecimiento de los derechos sociales, como el derecho a la educación, el trabajo, el derecho a la salud, tienden a remover o por lo menos a atenuar las desigualdades sociales.
Según el pensamiento de Norberto Bobbio, la derecha no busca tampoco conservar todas las desigualdades, sino que es más desigualitaria.
La derecha afirma que una mejor convivencia social es el resultado de aceptar esa diversidad.
Pese a lo anterior no hay que confundir, aceptar la diversidad en la derecha significa admitir que el origen de las desigualdades humanas son naturales y como tales son eliminables, pero no se acepta que la mayor parte de las desigualdades que nos indignan tienen preponderamente un origen social y por tanto no se lucha por eliminarlas.
Esta desigualdad, la natural es la que se acepta y busca eliminar o atenuar, la otra, la social es la que se ignora o fomenta.
Por ejemplo, la propuesta de la derecha de recibir la mayor parte de los ingresos como impuesto al valor agregado mejor conocido como IVA es una propuesta clara de la derecha.
Ellos dicen que es un impuesto fácil de cobrar porque todos consumen y todos lo pagarían. Pero no es lo mismo puesto que no implica el mismo esfuerzo el hecho que un obrero compre un refrigerador al esfuerzo que realiza un expresidente de nuestro país cuando se ve en la necesidad de adquirir el mismo producto. Y aunque el IVA se cobre proporcionalmente, es decir representa un porcentaje del costo, siempre habrá mayor detrimento al bolsillo de quien menos tiene.
Un fenómeno relativamente actual es que muchos partidos que son de derecha no se asumen como tal.
En nuestro país el Partido Acción Nacional nunca se ha proclamado de derechas se autocalifica como perteneciente a una corriente llamada político humanista.
Esto puede tener un doble significado.
Primero, que sepan que la sociedad en general le da al término derecha es sumamente negativo y por tanto usan este eufemismo de la política humanista (centro reformista y humanista como sostiene el secretario juvenil del PAN en Baja California) por que se oye más bonito o menos fuerte.
Por otro podría ser únicamente el ánimo de confundir porque como dice Norberto Bobbio: “En un universo donde las partes contrapuestas son interdependientes (…) la única forma de devaluar al adversario es devaluándose a sí mismo” o lo que es lo mismo donde no hay derechas no hay izquierdas.
Bobbio fue un jurista, filósofo y politólogo nacido en Italia en 1909. Le tocó vivir acontecimientos históricos muy importantes que dejaron una profunda huella en su pensamiento, como la segunda guerra mundial y evidentemente el régimen fascista de Mussolini.
Antes del ascenso del actual presidente de Italia, Silvio Berlusconi, Norberto Bobbio sostuvo que era un deber moral impedir que éste ganara las elecciones.
A pocos días que se llevara a cabo el “jubileo 2000” también acusó al Papa Juan Pablo II, Karol Wojtyla, de ser un “perfecto papa de la contrarreforma” criticando la elección del Tomás Moro como el santo de los políticos.
Bobbio muere en el año 2004 contando con 94 años de edad. Sin duda alguna fue un gran influyente en la ciencia política y en el derecho.
Teniendo muchas obras en su haber, por ahora nos concentraremos en su libro llamado “izquierda y derecha”, en la que además de definir el punto toral de distinción entre una y otra ideología, defiende apasionadamente la vigencia de estas categorías opuestas entre si.
Para Bobbio, la dicotomía no es izquierda y derecha sino izquierdas y derechas pues al interior de cada una hay graduaciones importantes.
Las izquierdas y las derechas no sólo son ideologías, antitéticas, sino programas contrapuestos para la solución de conflictos, es decir acción política contrastante. Izquierda y derecha son intereses y valoraciones distintos que le darán rumbo a la sociedad.
Pero, ¿cómo distinguimos la pertenencia a una u otra categoría?
Bobbio dice que es posible si analizamos el tratamiento que se hace sobre el ideal de “la igualdad”.
El concepto de igualdad no es absoluto sino relativo. Para analizarlo eficazmente debemos responder a las preguntas: igualdad entre quien, en qué y basándose en qué criterio?
Tomando en cuenta estas tres variables nos damos cuenta que la igualdad puede entenderse de muchas maneras.
Para las decisiones de políticas igualitarias deben aplicar entonces varios criterios como necesidad, mérito, capacidad, clase, esfuerzo, entre otros.
Sin embargo hay quienes no distinguen estas variables y le dan al ideal de igualdad un valor absoluto, sin matices. A esta tendencia Bobbio la denomina igualitarismo.
Un ejemplo claro de igualitarismo está en los argumentos del ministro de la Suprema Corte De Justicia, Mariano Azuela cuando con motivo del pronunciamiento que debía hacer respecto de la LEY TELEVISA sostuvo que la legislación no debía otorgarles mayores facilidades a las comunidades indígenas para la obtención de concesiones de radio o televisión pues tanto esas comunidades como los empresarios se encontraban en libertad para obtenerlas y si en los hechos unos no las obtenían era porque no tenían el suficiente poder adquisitivo para comprarlas. El Estado pues, no debía convertirse en proteccionista.
Mariano azuela propugnaba de esta forma que debían pronunciarse a favor de la igualdad de derechos para todos.
Tanto izquierdas como derechas reconocen que los hombres son tan iguales como diferentes pero es la actitud que se toma ante esos hechos la que debe observarse para distinguir quienes son de izquierdas y quienes de derechas.
La izquierda, según el análisis de Bobbio tiene tendencias igualitarias porque tiende a atenuar las diferencias mientras que la derecha promueve políticas no igualitarias porque pone especial acento en promover las diferencias.
Esto se debe a la distinta percepción y valoración que ambas tienen de aquello que hace a los humanos iguales y a la vez diferentes.
Es decir, ¿Qué puede justificar una discriminación? ¿Qué criterios nos deben guiar para salvaguardar nuestras diferencias o nuestras similitudes? En la respuesta que se de a estos cuestionamientos se apoya la diferencia.
Hay dos estatus de desigualdad: la desigualdad natural que a veces es posible corregir pero en su mayoría es imposible eliminar; y por otra parte las desigualdades sociales que se pueden corregir, eliminar y en algunos casos únicamente es posible no fomentar.
La izquierda sostiene o debería sostener que la diferencia surgida por las desigualdades naturales o las sociales que depende de nacer en una familia o en otra o bien en una región o en otra es distinta a las desigualdades que dependen de nuestras capacidades, de los fines a conseguir, de la diferencia del esfuerzo empleado, entre otros. La diferencia del estatus no debería tener una influencia sobre el tratamiento de las unas y las otras.
Por ejemplo, el establecimiento de los derechos sociales, como el derecho a la educación, el trabajo, el derecho a la salud, tienden a remover o por lo menos a atenuar las desigualdades sociales.
Según el pensamiento de Norberto Bobbio, la derecha no busca tampoco conservar todas las desigualdades, sino que es más desigualitaria.
La derecha afirma que una mejor convivencia social es el resultado de aceptar esa diversidad.
Pese a lo anterior no hay que confundir, aceptar la diversidad en la derecha significa admitir que el origen de las desigualdades humanas son naturales y como tales son eliminables, pero no se acepta que la mayor parte de las desigualdades que nos indignan tienen preponderamente un origen social y por tanto no se lucha por eliminarlas.
Esta desigualdad, la natural es la que se acepta y busca eliminar o atenuar, la otra, la social es la que se ignora o fomenta.
Por ejemplo, la propuesta de la derecha de recibir la mayor parte de los ingresos como impuesto al valor agregado mejor conocido como IVA es una propuesta clara de la derecha.
Ellos dicen que es un impuesto fácil de cobrar porque todos consumen y todos lo pagarían. Pero no es lo mismo puesto que no implica el mismo esfuerzo el hecho que un obrero compre un refrigerador al esfuerzo que realiza un expresidente de nuestro país cuando se ve en la necesidad de adquirir el mismo producto. Y aunque el IVA se cobre proporcionalmente, es decir representa un porcentaje del costo, siempre habrá mayor detrimento al bolsillo de quien menos tiene.
Un fenómeno relativamente actual es que muchos partidos que son de derecha no se asumen como tal.
En nuestro país el Partido Acción Nacional nunca se ha proclamado de derechas se autocalifica como perteneciente a una corriente llamada político humanista.
Esto puede tener un doble significado.
Primero, que sepan que la sociedad en general le da al término derecha es sumamente negativo y por tanto usan este eufemismo de la política humanista (centro reformista y humanista como sostiene el secretario juvenil del PAN en Baja California) por que se oye más bonito o menos fuerte.
Por otro podría ser únicamente el ánimo de confundir porque como dice Norberto Bobbio: “En un universo donde las partes contrapuestas son interdependientes (…) la única forma de devaluar al adversario es devaluándose a sí mismo” o lo que es lo mismo donde no hay derechas no hay izquierdas.
que buen blog tienes!
ResponderBorrarsoy estudiante te sociologia en ecuador... y realmente me ha servido mcuho tu blog! que suerte haberlo encontralo... una pregunta: tendras algo sobre el empirismo abstracto segun mills??
mucha suerte en tu carrera!!
Att: Yaz Echeverria
yukinonyazvig.blogspot.com
Gracias!!! Qué pero nunca había leído nada sobre el empirismo abstracto de Mills? :S sorry,
ResponderBorrarEsta bastante bueno el blog, por fin alguien me pudo explicar quien es Norberto Bobbio...y sin arrogantismos ni pedanterias!!! JEJEJEEE
ResponderBorrarSALUDOS FLOR...muy buena tu explicacion....