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04 enero, 2015

Ideología

Ideología. 
Definición clásica. La ideología es la conciencia de las clases explotadoras expresada bajo la forma de un todo estructurado por los exponente s más lúcidos de dichas clases sociales, y transpuesta al resto de la sociedad bajo la forma de un sistema de ideas (y de sus correspondientes actitudes), que asegura la cohesión de los individuos en el contexto de la explotación de clase.
La ideología es un estado, históricamente determinado, de la conciencia social. La elaboración de ideas y la representación en la mente del mundo aparecen originalmente como un reflejo tosco de la realidad, como un reflejo directamente entrelazado con la actividad práctica humana. En cierto momento histórico, al aparecer la explotración del hombre por el hombre y la necesidad del ejercicio del dominio y del poder, la conciencia social se distorsiona para producir ideología ,es decir, un sistema de ideas que permite justificar el poder de unos hombres sobre otros.

Sin embargo, toda la historia de la sociedad dividida en clases no ha podido borrar los aspectos objetivos de la conciencia social; la ideología se ha convertido en el estado dominante de la conciencia social, pero ha tenido que mantenerse en lucha constante con la conciencia real; la historia de la sociedad clasista (y de las primeras fases de la sociedad socialista) contempla una constante lucha entre la conciencia falsa (ideología) y la conciencia real (ciencia, etc.).

La ideología, que es un fenómeno ubicado a nivel de la superestructura, se manifiesta bajo dos aspectos:

1) como sistemas ideológicos instituidos (religión, moral, metafísica, etc.).
2) como sistemas de actitudes y opiniones (hábitos, costumbres, juicios, comportamiento familiar, reacciones ante determinadas situaciones, etc.).

La ideología no solamente es la manifestación práctica y teórica de la conciencia falsa: un aspecto interno  de todo sistema ideológico, y que permite comprender la relación entre las ideas y los mecanismos de explotación, es la enajenación.

Definicion moderna. Hoy en día el término ideología es con frecuencia aplicado a todas las formas de conciencia (falsas o no); en este sentido el concepto es más amplio, y cuando así se use deberá siempre aclararse, pues por esta causa se originan confusiones.

Fuente: Barthes, Roland en Breve diccionario de sociología marxista; Editorial Grijalbo, México, D.F., 1973; p. 95-96.

Relaciones de producción

Relaciones de producción. Las relaciones de producción constituyen la forma social y económica con que aparecen las fuerzas productivas; son el conjunto de relaciones que establecen los hombres entre sí en el proceso de la producción social de su existencia. Estas relaciones se refieren fundamentalmente al conjunto complejo de formas de la división social del trabajo y a las condiciones y formas de control y apropiación de las nuevas fuerzas productivas y del producto social. 

El conjunto de relaciones de producción y las fuerzas productivas que les corresponden conforman la estructura económica de la sociedad, que constituye una realidad objetiva independientemente de la voluntad humana, y que se rige de acuerdo a leyes propias. Las relaciones de producción no son, como se ha creído, exclusivamente las formas de propiedad de los medios de producción; éstas constituyen el aspecto jurídico;la división social del trabajo y las formas de distribución de la riqueza social producida constituyen elementos igualmente importantes. 

La unidad dialéctica de las fuerzas productivas y las relaciones de producción constituyen un sistema que Marx denominó modo de producción. El concepto de relaciones de producción es una abstracción útil para comprender la dinámica social; pero en la realidad no solamente no encontramos dichas relaciones separadas de los factores tecnológicos y materiales, sino que tampoco están aisladas del edificio social global. 

Fuente: Barthes, Roland en Breve diccionario de sociología marxista; Editorial Grijalbo, México, D.F., 1973; p. 123

Fuerzas productivas de producción

Fuerzas productivas de producción. Las fuerzas productivas de la sociedad están constituidas por la fuerza humana de trabajo ("los obreros, los trabajadores, son la primordial fuerza productiva de toda la humanidad", Lenin) y los medios de producción (incluimos aquí a las condiciones geográficas, entendidas como la parte de la naturaleza usada como medio de producción; ejemplo, la tierra) que usa el hombre -durante el proceso de trabajo- para crear los bienes materiales y necesarios para su existencia. Podemos observar dos aspectos de las fuerzas productivas: su nivel y su carácter.

Es posible examinar cuantitativamente el avance de las fuerzas productivas, por medio de estudios demográficos, del análisis de la productividad, de las posibilidades técnicas, etc. Incluso es posible y útil medir el potencial de las fuerzas productivas de una sociedad determinada en un momento dado reduciendo a un valor común la "fuerza" desplazada por la acción del trabajo humano y los medios utilizados en él; de esta manera podría expresarse el desarrollo de las fuerzas productivas tomando como base el valor del producto social global (la masa de bienes materiales producidos por una sociedad durante un año); el peso de la fuerza de trabajo podrá medirse por el número de horas de trabajo; e incluso -usando complejos cálculos físico-matemáticos de medición- podría llegar a establecerse un valor teórico común a las diferentes fuerzas productivas, expresado en términos de unidades de energía como el caballo de vapor (esfuerzo necesario para levantar a un metro de altura, un segundo, 75 kilogramos de peso) o bien en otros equivalentes como el kilogramo, el julio, etc. Al menos teóricamente, podría llegar a decirse que en una sociedad dada se emplean, por ejemplo, 10 kilogramos por habitante al día, mientras que en otra solamente 6/Kgm/Hab/día.

Es evidente que es importante este tipo de análisis cuantitativos, totalmente descuidados por los investigadores marxistas. Pero tan importante como esto es el aspecto cualitativo: las fuerzas productivas adquieren un carácter específico y adoptan estructuras peculiares. Aquí es necesario cuidar de no confundir la estructura específica de las fuerzas productivas con las relaciones de producción: éstas son, en efecto, la forma social con que se presentan las fuerzas productivas. Es evidente que no será posible estudiar éstas últimas, que son el contenido de la estructura económica haciendo caso omiso de la forma económica y social con que se manifiestan. "En la producción -dice Marx- los hombres no actúan solamente sobre la naturaleza, sino que actúan también los unos sobre los otros. No pueden producir sin asociarse de un cierto modo, para actuar en común y establecer un intercambio de actividades. Para producir, los hombres contraen determinados vínculos y relaciones, y a través de estos vínculos y relaciones sociales, y sólo a través de ellos, es cómo se relacionan con la naturaleza y cómo se efectúa la producción". Por esto no es posible hablar de una estructura social de las relaciones del hombre con la naturaleza separada de otra estructura social diferente referida a las relaciones que se establecen entre unos hombres y otros. La estructura social de las fuerzas productivas (relación productiva del hombre con la naturaleza) son las relaciones de producción (relación de los hombres entre sí). Pero esto no impide que exista otro tipo de estructuración al nivel específico de las fuerzas productivas, una estructura técnica y demográfica, si se quiere. La estructura concreta de las fuerzas productivas se refiere a las formas de encadenamiento entre sus diferentes componentes internos (medios de producción, fuerza de trabajo), al peso e importancia de cada componente en relación al resto, a la división técnica del trabajo, a las diferentes formas de resolver un mismo problema técnico, a la estructura demográfica del población trabajadora, etc.

En general, hemos hecho referencia a las fuerzas productivas materiales, pero cabe considerar también al caudal de conocimientos y experiencias transmitido de generación en generación como un aspecto de las fuerzas productivas; "...un análisis más detenido revelará también que todas las relaciones [de producción] disueltas fueron posibles sólo al alcanzarse un cierto grado de desarrollo de las fuerzas productivas materiales (y por consiguiente, también de las mentales)" (Marx, Formaciones económicas precapitalistas). Por esto la ciencia juega un doble papel en la sociedad: es al mismo tiempo una fuerza productiva y una forma de conciencia social.

Fuente: Bartra, Roger en Breve diccionario de sociología marxista;  Editorial Griijalbo, México, D.F. 1973; pp 85-87